sábado, 7 de noviembre de 2009

Enrique Rojas: Violación del secreto profesional


(1) La fama de unos no es mas que el malentendido de otros (Rilke).


El Colegio de Médicos de Madrid, archivó la denuncia del caso que refleja el artículo que traemos aquí, aunque en la foto 4, pueden ver como la conducta de Enrique Rojas fue calificada públicamente como "Terrorismo social" por el Consejo de Médicos de España.
Da la impresión que la pauta general sea decir una cosa públicamente mientras por detrás se hace otra.

Al final dejamos la transcripción del artículo (aunque se lee bastante bien en las fotos).



Enrique Rojas, Interviú 1

Enrique Rojas, Interviú 2

Enrique Rojas, Interviú 3



















Enrique Rojas, Interviú 4

Enrique Rojas, documento UCM (1)

Enrique Rojas, Remedios para el
desamor (ver solapa del libro)


Texto documento UCM (1):
(1) DEPARTAMENTO DE PSIQUIATRÍA Y PSICOLOGÍA MÉDICA – FACULTAD DE MEDICINA -UNIVERSIDAD COMPLUTENSE).

En contestación a su escrito de fecha 10 de Junio de 2004 le comunicamos que D. Enrique Rojas Montes no ha sido ni es catedrático de Psiquiatría de la Facultad de Medicina Universidad Complutense de Madrid.
Lo que le comunicamos a los efectos oportunos.

Madrid, 11 de Junio de 2004
DIRECTOR DEL DEPARTAMENTO DE PSIQUIATRÍA Y PSICOLOGÍA MÉDICA
Fdo: Tomás Ortiz Alonso

*La intromisión en el entorno y la vida familiar de la víctima sin el conocimiento de ésta (es decir, a traición), es práctica habitual de Enrique Rojas, utilizando para convencer "su cargo" de catedrático de Psiquiatría de la Universidad Complutense de Madrid", que ha resultado ser falso, como se puede ver en el documento adjunto.

Al igual que resultan ser falsas la casi totalidad de identificaciones profesionales utilizadas por el doctor Enrique Rojas hasta la fecha.
Dejamos aquí una muestra.

Enrique Rojas, no es catedrático de
Psiquiatría y Psicología Médica de
la Universidad Complutense (2)


Enrique Rojas, fax del Decano de la
Facultad de Psicología de la UCM (3)


Enrique Rojas, Colegio de Médicos
de Madrid (4)




















(2) DEPARTAMENTO DE PSIQUIATRÍA Y PSICOLOGÍA MÉDICA – FACULTAD DE MEDICINA -UNIVERSIDAD COMPLUTENSE

José Saturio Gutiérrez Martín
23 de Enero 2009

Estimado Sr. Gutiérrez:
Como contestación a su fax de fecha 19.01.09 le nanifiesto que D. Enrique Rojas Montes no ha sido nunca catedrático de Psiquiatría y Psicología Médica de la Universidad Complutense de Madrid.

Atentamente,
Firmado: Tomás Ortiz Alonso
Director del Departamento de Psiquiatría y Psicología Médica de la UCM

(3) UNIVERSIDAD COMPLUTENSE DE MADRID - FACULTAD DE PSICOLOGÍA

De: DECANATO DE LA FACULTAD DE PSICOLOGÍA
A: D. Carlos Barja Martín

Estimado Sr. Barja,
Le informo que en el claustro docente de la Facultad de Psicología de la Universidad Complutense de Madrid no hay nadie con el nombre Enrique Rojas Montes. Tampoco existe cátedra de Psiquiatría en esta Facultad.
Atentamente,
Carlos Gallego López
Decano de la Facultad de Psicología de la UCM
FACULTAD DE PSICOLOGÍA - DECANATO

(4) Ilustre Colegio Oficial de Médicos de Madrid

Texto: Como contestación a su fax de fecha 12/01/2009 le informo que en los archivos de este Ilustre Organismo figura inscrito el doctor D. Enrique Rojas Montes como Licenciado en Medicina. No consta ninguna especialidad registrada.

Un saludo,
Departamento de colegiaciones


Repetición,

Hoy 7 de noviembre de 2009, los servicios informativos de la cadena de televisión española Telecinco, han divulgado la siguiente noticia:
Un inspector de la SGAE (Sociedad General de Autores y Editores), había detectado que un peluquero ponía la radio a sus clientes y no pagaba el canon correspondiente de la SGAE (12E/mes).


Parece inaudito que en 25 años, ningún inspector del Mº de Sanidad español - o cualquier otro Ministerio -, de la Consejería de Sanidad de la C.A. de Madrid - o cualquier otro funcionario -, haya detectado el fraude de Enrique Rojas** ni el encubrimiento que se ha venido dando para que este sujeto alcance y se mantenga en la cumbre, a costa de mala praxis y engaños.

**Enrique Rojas tiene más de 10 libros a la venta con identificación profesional falsa y llena su consulta de pacientes - por lo general en situación vulnerable -, que creyéndolo catedrático de Psiquiatría de la Universidad Complutense de Madrid", pagan su caché y piensan que están en buenas manos cuando en realidad están en manos de un mentiroso y un equipo de encubridores sin escrúpulos, al que no le importa que se engañe al paciente.

Y además, tiene un morro que se lo pisa,


Enrique Rojas en su web

Enrique Rojas en Bodegas viña Reyes Magos
(una de las múltiples webs que maneja Rojas).
La honestidad de este hombre desborda cualquier molde...
Hay que distinguir entre los médicos que no aplican el tratamiento más adecuado al paciente por falta de formación, de medios o diferencia de criterios y los que inventan enfermedades sobre personas que mediante trampas han atraído a su consulta para hacerles creer que están enfermas, a la vez que intervienen personalmente en su entorno con el fin de que les resulte más fácil anularlas o quitarlas de en medio y conseguir que el patrimonio, poco o mucho - a Enrique Rojas no le importa con tal de que sea algo -, cambie de manos. Hay trabajos que nunca se hacen gratis. La reincidencia y trayectoria de engaños con la que ha llegado a la cima el doctor Enrique Rojas Montes, son datos que no se pueden evitar.

Con este post pedimos inspectores tan buenos en el ámbito de la salud, como los de la SGAE.


Más información sobre Enrique Rojas en este blog,
http://librosenriquerojas.blogspot.com/

Y en este enlace, informaión sobre la gravedad de la violación del secreto profesional (con el nº 20 y 42, vemos la evolución de nuestro código penal) , www.txoriherri.com/secretomedico_archivos/frame.htm (diapositivas del master impartido en la Universidad Complutense de Madrid por el Dr. Juan Medrano, especialista en Medicina Legal).

Cuando Enrique Rojas violó el derecho a la intimidad y el secreto profesional con María Isabel Menchaca de Salamanca, el delito estaba fuera del Código Penal en la fecha en que fue cometido por Rojas (en España se aplica el código que más convenga al reo), quizás fuese el motivo de la benevolencia de la sentencia.


Transcripción del artículo de Interviú

JORGE JUSTE, A POR LA FORTUNA DE SUS HIJOS.

EN LA DEMANDA DE DIVORCIO UTILIZÓ ILEGALMENTE UN INFORME PSIQUIÁTRICO


Estaba en juego la administración de la inmensa fortuna de los hijos. Y Jorge Juste no dudó en echar mano de su amigo, el famoso psiquiatra Enrique Rojas, para que elaborara un informe contra su ex mujer, María Menchaca, que aportó a la demanda de divorcio. Ahora, Enrique Rojas ha sido condenado por traicionar el secreto profesional. Y Jorge Juste no ha logrado su objetivo, custodiar los millones de sus hijos.

Para la ex mujer de Jorge Juste, María Menchaca, la sugerencia de su entonces marido, de acudir a la consulta del psiquiatra Enrique Rojas, fue el principio de un calvario: "Me tomaba aquellas pastillas y me quedaba como un corcho".

DE OFICIO, SUS BRAGUETAZOS

Cuando Jorge Juste encontró a María Menchaca, nieta del marqués de Salamanca y hoy vizcondesa de Bahía Honda, ella no le conocía ni oficio ni beneficio. Se vieron por primera vez en un campeonato de backgammon y a María gustó mucho aquel veinteañero guapito y simpático.
Se casaron y tuvie­ron tres hijos y, tras comer unas cuantas perdices, dejaron de ser feli­ces y cada uno se fue por su lado. -Jorge se fue, precisamente, por el lado del ligue rimbombante y empezó a salir con la actriz y presentado­ra de televisión Ana Gárcía Obregón, una relación sumamente turbulenta y que acabó como el rosario de la aurora. Desde entonces, Ana pone a Juste a caldo cuando le preguntan.

Conectado en lo televisivo, siguió el ligón con Terelu Campos, hija de la presentadora María Teresa Campos. Tampoco duró demasiado. Y cambió de tercio hacia las modelos. Primero con Marta Moldes, y también con (falta texto aquí por borroso) corazón como Marta Chavarri y un largo etcétera más o menos contrastado. De este rosario de amoríos le ha quedado una fama de frívolo superficial. De su matrimonio, además de tres hijos, sacó, según dicen, al­gún beneficio y cierto oficio para mo­verse en ámbitos que seguramente hubiera tenido, por cuna y/o cuenta corriente, vedados. En definitiva, que dio un braguetazo importante.

TEXTO: ANTONIO PARDO

Jorge Juste —conocido por sus aventuras con, entre otras, la actriz y presentadora de televisión Ana García Obregón— quería quitarle a su ex mujer, la vizcondesa de Bahía Hon­da, María Menchaca, la guarda y custodia de sus tres hi­jos, herederos, por cierto, de la in­mensa fortuna de su abuela ma­terna, de la que podrán disponer cuando alcancen la mayoría de edad. Mientras tanto, Jorge, de haber logrado su objetivo, la ha­bría administrado. Para conseguir esa guarda y custo­dia, el guapo madrileño no dudó en que se aportara al proceso de divorcio un informe del famoso psiquiatra Enrique Rojas. Informe que este doctor —muy amigo de Jorge Juste— elaboró con la infor­mación que extrajo cuando María Menchaca fue su paciente. Dicho de otro modo, hizo caso omiso del secreto profesional para favorecer a su amigo.

El matrimonio Juste-Menchaca empezó a hacer agua en 1991. En­tonces el marido le sugirió a ella que fuera a la consulta del conoci­do psiquiatra y destacado miem­bro del Opus Dei Enrique Rojas, que pasaba por ser un especialista en temas matrimoniales, así que María decidió hacer caso a Jorge. Era diciembre de 1991. "Nada más entrar en la consulta, me quiso poner una inyección ", recuerda María Menchaca. Ella, sorprendida, se negó rotundamente. "Yo, que había ido a hablar de mi matrimonio, me encontré con (falta texto aquí por borroso) . De hecho, me dieron un trata­miento que me sentó fatal".

El doctor Rojas le hizo toda una serie de tests psicológicos y llegó a un diagnóstico que con el tiempo se­ria totalmente rebatido por el pro­fesor José María Poveda, de la Universidad de Madrid. Pero tras su primer diagnóstico -considerado ahora erróneo por otros especialistas—, el doctor Ro­jas comenzó a medicar con fuertes antidepresivos a María Menchaca: "Me tomaba aquellas pastillas y me quedaba como un corcho ".

Un día, en su casa, Jorge Juste le dijo a la que había sido durante quince años el ama de María Menchaca: "Mira cómo está la señora. ¡Po­bre...! A lo mejor tenemos que in­gresarla".

Al final, María Men­chaca decidió cortar el tratamiento y las visitas al doctor Rojas, Y todo volvió a la normalidad.

El 'poder de la ruina'

El matrimonio languidecía y final­mente se consumó la separación en octubre de 1993. Entonces comenzó el proceso de divorcio. Pa­ra su inmensa sorpresa, María Menchaca se encontró que en la demanda de divorcio interpuesta por Jorge Juste se incluía un infor­me psiquiátrico elaborado por En­rique Rojas, donde revelaba una serie de datos confidenciales de la consulta particular que había man­tenido con María.
Por otra parte, el psiquiatra, sin contar con el con­sentimiento de la madre, entrevis­ a los hijos para usar su declara­ción en contra de ella en el juicio del divorcio.

El objetivo del informe, según la sentencia, fue determinar que la guarda y custodia de los hijos de­bía de quedar en manos de Jorge Juste, del que, por otra parte, la sentencia deja claro que es amigo personal del psiquiatra Enrique Rojas. En dicho informe, Rojas, que nunca fue consultado como périto,. sino como testigo de Jorge Juste, afirmaba -declara María Menchaca-, "que mi marido era una persona equilibrada y que yo no estaba capacitada para cuidar a mis hijos".

—¿Jorge Juste se quería quedar con los hijos o con la fortuna que heredarían?
—Esa es una buena pregunta. En todo caso, la sentencia que condena al doctor Rojas es muy clara al respecto, y creo que no necesita más comentarios.

—¿A qué se dedicaba su marido cuando se conocieron?
—A nada. Aunque ahora diga que es empresario. Estaba con una ma­no delante y otra atrás.
—Bueno, ahora tiene su nego­cio...
—Y un Porsche de quince millo­nes de pesetas, y un Mercedes y no sé qué más... Me extraña que un pub dé para tanto. Lo cierto es que yo le di un poder general sobre mis bienes, que es lo que los notarios llaman “el poder de la ruina”.

Cuando María Menchaca vio el informe psiquiátrico de Enrique Rojas, decidió demandarle. Para ello recurrió al abogado granadino José Miguel Castillo Calvin. La sentencia del caso acaba de hacer­se pública y ha condenado a Enri­que Rojas, al que se considera culpable, según la sentencia, "de una intromisión ilegítima en el ámbito del derecho fundamental a la inti­midad".

Y se subraya que al pre­sentar ese informe, elaborado con datos íntimos, "con dicha conduc­ta parece evidente que traicionó la elemental confianza que debe presidir la relación médico-paciente, así como el deber de confidencialidad que vin­culaba al médico ".

La juez que culpabiliza al popular psiquiatra puntualiza que Rojas actuó a petición de Jorge Juste, "no siendo difícil deducir que la relación de amistad, en mayor o menor grado, entre ambos, señor Juste y doctor Rojas Montes, fue determinante para la emisión del informe y su aportación al proceso de divorcio". Y concluye que "igual de indudable es que el demandado conocía que su infor­me, netamente desfavorable para la señora Menchaca Salamanca, podía determinar serios perjuicios para ésta, como es la privación de la guarda y custodia de sus hijos. (falta texto aquí por borroso),

... con independencia de otros efectos económicos, inherentes por la condición de los hijos de herederos de una gran fortuna de su abuela materna), lo que acentúa la gravedad del incumplimiento de sus obligaciones profe­sionales ".

La sentencia contra el doctor Enri­que Rojas evidencia de este modo !a maniobra urdida tiempo atrás por el ex marido de María Menchaca, Jorge Juste, y el psiquiatra para obtener unos datos que años después serían utilizados en contra de los intereses de María.

En su diagnóstico, el doctor Rojas le decía que padecía una enfermedad crónica, punto rebatido con abso­luta firmeza por el profesor José María Poveda. quien, siguiendo los mismos procedimientos, llegó a la conclusión de que el diagnós­tico y el tratamiento eran erróneos.
Según ese dictamen, María Menchaca está perfectamente capacitada para desempeñar su papel co­mo madre, como ha confirmado la sentencia del divorcio.

"Terrorismo social"

El siguiente paso que dieron los amigos Juste y Rojas fue utilizar el informe psiquiátrico, absoluta­mente confidencial, para presen­tarlo en la demanda de divorcio. De haber fructificado la maniobra, Jorge Juste se hubiera quedado con la custodia de sus hijos y con la fortuna de los mismos, hasta que fueron mayores de edad.

"El doctor Rojas, que es miembro del Opus Dei—concluye María Menchaca—, siempre predica ética y moral No entiendo cómo le per­miten conservar el titulo. Lo que me ha ocurrido no debe pasarle a nadie más. Espero que el Colegio de Médicos tome cartas en el asunto. Desde luego, mi abogado. Castillo Calvin, está en ello".

El doctor Gonzalo Herranz, se­cretario del comité deontológico del Consejo Genera! de Médicos, declara a interviú que. inde­pendientemente de las resoluciones ju­diciales, ante casos como éste se debería abrir -si hay una de­nuncia- una investi­gación, por parte del Colegio de Médicos, contra el me­dico infractor, porque supone "una falta gravísima ".

Y explica que el hecho de que el médico dé, sin el consentimiento del paciente, un informe a una ter­cera persona, que puede utilizarlo contra dicho paciente, podría definirse como "terrorismo social. ¿Dónde quedaría -se pregunta- la ley española de protección de da­tos o el derecho a la intimidad si cualquiera pudiese ira un médico y pedirle informes de uno de sus pacientes, para utilizarlos como quisiera? ".

María Menchaca ya ha denuncia­do a Enrique Rojas ante el Colegio de Médicos de Madrid. Sin embar­go, no tiene muchas esperanzas de que su denuncia siga adelante: "Me consta—asegura— que el Co­legio de Médicos, por corporativismo, quiere en­terrar el asunto ".

El abogado Casti­llo Calvin, que no ha querido entrar a valorar el contenido de la sentencia, explica que "el nuevo Código Penal de 1995 abor­da de forma ex­presa la tipifica­ción de la revela­ción del secreto profesional como delito.” Dicho de otro modo, si el informe de! doctor Rojas se hubie­ra producido unos meses más tar­de, éste podría haber terminado en la cárcel.

Cabe preguntarse enton­ces por qué un famoso psiquiatra como Enrique Rojas se dejó con­vencer por un personaje tan vacuo como Jorge Juste para llevar a cabo semejante montaje.

Enrique Rojas es ante todo, un cotizadísimo psiquiatra entre cuyas habilidades está, según dice, la de arreglar matrimonios. Este doctor, miembro del Opus, publicó no hace mucho una obra -Amor inteligente- en la que aborda el tema de las relaciones conyugales y los problemas de la pare­ja. En este libro asegura que la espiri­tualidad es uno de los elementos fundamentales en el matrimonio.

María Menchaca dice ahora de él que, en su caso, ese personaje fue cualquier co­sa menos espiritual. La sentencia que le condena no ha visto, tampoco, de­masiada espiritualidad en su interven­ción en el proceso de divorcio entre María Menchaca y Jorge Juste, y sí que intentó per­judicar seriamente a María, tanto en lo espiritual -la guardia y custodia de sus hijos- como en lo material -el control de la fortuna de la que los chicos son herederos-.

Ahora tendrá que enfrentarse a la denuncia que María Menchaca le ha puesto ante el Colegio de Médicos y ante el Defensor del Pueblo por no respetar lo más espiritual de los médicos, el secreto profesional y la confianza del paciente.

Texto: Antonio Pardo. Interviú, 12 marzo de 1998.